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Las atmósferas explosivas pueden ser causadas por gases, nieblas o vapores inflamables o por polvos combustibles. Si hay una cantidad suficiente de la sustancia mezclada con el aire, basta con una fuente de ignición para provocar una explosión.
Las explosiones pueden causar la pérdida de vidas y lesiones graves, así como daños importantes. La prevención de la liberación de sustancias peligrosas que puedan crear atmósferas explosivas y la prevención de las fuentes de ignición son dos formas muy utilizadas para reducir el riesgo. El uso del equipo correcto puede ayudar mucho en esto.
Una atmósfera explosiva se define como una mezcla de sustancias peligrosas en el aire en forma de gases, vapores, niebla o polvo que, en determinadas condiciones de temperatura y presión, tiene el potencial de incendiarse y explotar.
Muchos lugares de trabajo pueden contener, o tener actividades que producen, atmósferas explosivas o potencialmente explosivas. Algunos ejemplos son los lugares en los que las actividades laborales crean o liberan gases o vapores inflamables, como la pulverización de pintura en vehículos, o en los lugares de trabajo en los que se manipulan polvos orgánicos finos como el grano, la harina o la madera.
ATEX(ATmósferas EXplosivasen francés) es el nombre que reciben comúnmente las dos directivas europeas para el control de las atmósferas explosivas:
1) Directiva 1999/92/CE (también conocida como "ATEX 153" o "Directiva ATEX sobre lugares de trabajo") relativa a las disposiciones mínimas para la mejora de la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores expuestos a los riesgos derivados de las atmósferas explosivas.
2) La Directiva 2014/34/UE (también conocida como "ATEX 114" o "Directiva de equipos ATEX") relativa a la aproximación de las legislaciones de los Estados miembros sobre los aparatos y sistemas de protección para uso en atmósferas potencialmente explosivas.
Las normas internacionales IEC 60079 e IEC61241 (IECEx), armonizadas con las directivas europeas EN, son las principales normas sobre zonas peligrosas reconocidas en el resto del mundo, fuera de Europa.
Los empresarios deben clasificar en zonas las áreas en las que pueden producirse atmósferas explosivas peligrosas. La clasificación dada a una zona concreta, así como su tamaño y ubicación, depende de la probabilidad de que se produzca una atmósfera explosiva y de su persistencia en caso de producirse.
Cuando se utilizan equipos en zonas peligrosas, hay que tomar medidas para garantizar que todos los Productos utilizados son resistentes a todo tipo de riesgos. Entre ellas se encuentran las siguientes:
Los aparatos y sistemas de protección deberán diseñarse y fabricarse de manera que puedan desempeñar con seguridad la función prevista, incluso en condiciones ambientales cambiantes y en presencia de tensiones extrañas, humedad, vibraciones, contaminación y otros efectos externos, teniendo en cuenta los límites de las condiciones de funcionamiento.
Las piezas de los equipos utilizados deben ser adecuadas a los esfuerzos mecánicos y térmicos previstos, y capaces de resistir el ataque de las sustancias agresivas existentes o previsibles.